ASPECTOS PSICOLÓGICOS DEL PACIENTE CON PÉRDIDA DE VISIÓN
La disminución o pérdida de las capacidades visuales conlleva una reducción en la ejecución de las actividades habituales de la vida diaria, así como una mayor dependencia. Por todo ello los pacientes con Baja Visión muestran en mayor o menor medida trastornos emocionales o depresivos.
Padecer una merma de visión lleva asociado otro tipo de pérdidas:
– Profesionales: los puestos de trabajo se ven comprometidos
– Comunicación: se pierde la información no verbal al perder el contacto visual
– Funcionales: movilidad, angustia al salir a la calle, acceso a la información, lectura, cocina…
La reacción del paciente ante la pérdida visual va a estar influenciada por: su carácter, su madurez, su inteligencia, su capacidad de aceptación, su actitud positiva ante la vida, su red de apoyo como son los familiares, amigos, ayuda profesional, trabajo…; el ritmo de la pérdida, si ha sido de repente (hay mucha ansiedad), progresiva (tienen miedo a la ceguera pero han tenido tiempo de adaptarse a los cambios de visión), o muy fluctuante (tienen mucha angustia porque no saben cuanto les va durar la visión).
Cuando el paciente pierde parte de visión, pasa por diferentes fases:
– Inicialmente una fase de shock, tiene una inmovilidad psíquica, no sabe que hacer, no se cree que tenga esa pérdida.
– La segunda fase es la depresiva, ya se ha dado cuenta que tiene el problema, no pensaba que eso le podía ocurrir a él, necesita reorganizarse pero puede reaccionar de distintas maneras: no aceptando el problema, pensando que le van a curar, no pensando en ello, no se resuelve nada, no se toman decisiones; o bien aislándose, centrándose en lo mal que se siente y manifestando o indiferencia afectiva o enfado.
– La tercera fase es la de readaptación, ya asume el problema y se decide a hacer algo.
La labor de la rehabilitación es crucial para la recuperación emocional del paciente. Durante la misma aprecia que si bien su visión no va ser mejorada, sí va a obtener un mayor aprovechamiento del resto visual y puede volver a realizar aquellas actividades que ha tenido que abandonar anteriormente, lo cual realza su autoestima.
Cuando un paciente obtiene una ayuda visual y no obtiene resultados favorables porque no ha sido entrenado el uso de la misma, puede producir el efecto contrario, ya que la ilusión inicial en el momento de la adquisición se transforma en desesperación.
En nuestra consulta contamos con psicólogos que le ayudaran a encontrar la ilusión por usar su resto visual, mediante talleres en grupo o consulta individual.