Algunas patologías hacen que los ojos sean mucho más sensibles al deslumbramiento, una intensidad fuerte de luz, resultando bastante molesto. La radiación solar que origina el deslumbramiento es la luz azul.

La luz azul es la parte del espectro visible con longitud de onda más corta, y su comportamiento dentro del ojo es distinto al del resto de la gama de colores, ya que se expande en todas direcciones saturando de iluminación toda la retina. La única forma de minimizar el deslumbramiento es filtrando esa luz azul.

Para ello, existen unas lentes especiales diseñadas para filtrar el espectro de colores. Y será un especialista quien evaluará qué filtro o filtros son los más adecuados para cada persona, y para cada necesidad. Por ejemplo, un filtro puede ser para exteriores y otro para interiores.

Hay que considerar también que es importante cubrir todo el campo visual para evitar que luz no filtrada entre en el ojo. Esto es así porque, aunque pongamos un filtro delante de los ojos, periféricamente también puede entrar luz, lo que motiva que el ojo no esté aislado totalmente, y aún pueda sufrir deslumbramientos.

Lograremos evitar este deslumbramiento con unas monturas especiales, diseñadas para cubrir todo el campo visual, que tienen incluso la ventaja de que pueden ser llevadas sobre sus gafas convencionales si se desea.