Todos sabemos a estas alturas que una dieta rica en carnes rojas, alimentos fritos, azúcares, carnes procesadas y cereales refinados es perjudicial para la salud cardiovascular y está relacionada con el desarrollo de algunos tipos de cáncer.

Sin embargo, ¿cuántos nos hemos preguntado alguna vez qué influencia podría tener en la vista una alimentación inadecuada?

Ahora, un nuevo estudio publicado en el British Journal of Ophthalmology, muestra el vínculo entre una dieta rica en alimentos poco saludables y la degeneración macular asociada a la edad (DMAE). La DMAE es una afección que afecta la retina con la edad y difumina la visión central. La visión central ayuda a las personas a ver los objetos con claridad y a realizar actividades tan cotidianas y normales como leer y conducir.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en los Estados Unidos, alrededor de 1,8 millones de personas de 40 años o más sufren DMAE, y otros 7,3 millones tienen de afecciones llamadas drusas, que generalmente preceden a la DMAE. La DMAE es la principal causa de deterioro permanente de la visión de cerca entre las personas mayores de 65 años.

El nuevo estudio, que fue el primero en observar los patrones dietéticos y el desarrollo de DMAE con el tiempo, ha encontrado una asociación entre una dieta poco saludable y esta dolencia. Y aunque la investigación ha demostrado vínculos entre ciertos alimentos y nutrientes y la DMAE, también se cree por estudios previos que altas dosis de antioxidantes pueden retrasar la progresión de la enfermedad, si bien existe menos investigación sobre los patrones dietéticos en su conjunto.

Además, los trabajos anteriores que han analizado los patrones dietéticos, se han centrado en el riesgo en la etapa tardía, es decir, el punto en el que la afección se vuelve amenazante para la visión, en lugar de la enfermedad en etapa temprana y tardía.

La investigación

El estudio analizó el desarrollo de la DMAE temprana y tardía en los participantes del estudio «Riesgo de aterosclerosis en las comunidades», que analizó la salud arterial durante 18 años (1987–1995).

Utilizando datos sobre 66 tipos diferentes de alimentos, los investigadores identificaron dos patrones de dieta: uno que denominaron prudente o saludable, y otro que denominaron occidental, que incluía una alta ingesta de carne procesada y roja, comida frita, postres, huevos, cereales refinados, lácteos con alto contenido de grasa y bebidas azucaradas.

Aunque los investigadores no encontraron ningún vínculo entre la DMAE temprana y los patrones dietéticos, descubrieron que la incidencia de la DMAE tardía es tres veces mayor entre aquellos con el patrón de alimentación que los investigadores denominaron como occidental.

La DMAE en etapa temprana no tiene síntomas, por lo que una persona puede no saber que la tiene. Hay dos formas de DMAE en etapa tardía. Una se llama DMAE húmeda o exudativa y los profesionales de la salud suelen tratarla inyectando factores de crecimiento antivasculares. La otra se llama DMAE seca o atrófica y ocurre cuando las células fotorreceptoras mueren sin neovascularización. Para esta forma de DMAE no existe un tratamiento.

Según los autores del estudio, “el mensaje clínico es que la ingesta dietética probablemente marca una diferencia en la determinación de la pérdida de la visión central más adelante en la vida. Si una persona tiene DMAE de inicio temprano, lo mejor es ingerir con mucha moderación alimentos que identificamos como parte del patrón de la dieta occidental”.

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